18 VPO en Iznájar
Justo en la confluencia de las provincias de Granada, Málaga y Córdoba, la villa de Iznájar se asienta en una colina sobre el río Genil y el arroyo de Priego. La población, de apenas seis mil habitantes, da nombre al embalse que se encuentra a los pies del pueblo; por sus dimensiones (más de 100 kms de orilla y 32 de longitud) es considerado como el lago de Andalucía.
Las parcelas se encuentran dentro de una zona de ampliación de la villa, a las afueras del casco urbano, hacia el Este, y próxima al Barrio de la Venta. El conjunto limita hacia el Norte con una cañada real, hacia el Sur con otros solares donde se han realizado actuaciones similares de viviendas unifamiliares, hacia el Este con viviendas ya consolidadas y al Oeste con un centro de transformación. La actuación está dividida en dos parcelas, la R1(B), la más occidental con 11 viviendas y la R2(B), con 7. La morfología de la parcela es de pendiente muy pronunciada con una diferencia de cota entre un extremo y otro de 12 metros.
El acceso a la vivienda se realiza por la fachada sur a través del garaje o patio cubierto. En este nivel se sitúa el programa de día, el estar, la cocina y un patio interior cuya vista queda velada al exterior a través de dos cancelas para mantener su carácter privado. Este patio se propone como la natural dilatación hacia el exterior íntimo de la casa a manera de la vivienda tradicional andaluza.
Esta sucesión de espacios yuxtapuestos se procura también para el interior de la vivienda. El salón comedor se ha conformado como la estancia principal, articulando los espacios interiores. La doble altura, bañada por la luz cenital, pone en relación la zona de día en planta baja con la de noche en alta.
El estricto programa de 70 m2 útiles ha sido enriquecido con el esponjamiento del volumen interior de la vivienda, se ha ampliado la altura mínima impuesta en normativa consiguiendo techos que van desde los 7m en zona del comedor hasta los 4m en dos de las tres dormitorios; todo ello sin menoscabo del presupuesto final de ejecución.
Utilizando los retranqueos de las fachadas y la alternancia de vacíos y llenos, se consigue adaptar las viviendas a la gran pendiente y jugar con las luces y sombras de manera eficaz y rentable en estas latitudes. La disposición de la cubierta introduce la luz de la mañana en el interior de la vivienda, su sección permite tan sólo la vista de las cubiertas desde el pueblo, mimetizando la promoción con el entorno. El lucernario favorece también el control de la ventilación natural (efecto chimenea) mediante lamas regulables desde la pasarela. La teja y el color blanco de las paredes en contraste con el rojo carruaje de las contraventanas serán los acabados que ayudan a integrar esta promoción en el bello conjunto de la villa de Iznájar.