46 VPO en Mairena
Finalista Gold Medal for Italian Architecture 2012 (Fondazione La Triennale di Milano)
El proyecto se sitúa en un área de expansión a las afueras de Mairena del Aljarafe, en el área metropolitana de Sevilla.
La normativa obliga a la construcción de manzanas cerradas originando volúmenes contundentes que se repiten por toda la zona. A esto se une la gran densidad de viviendas requeridas y asignadas a un solar de tan reducidas dimensiones. Optamos entonces por romper dicho volumen creando aberturas, vaciados y escalonando alturas para dotar al conjunto de una mayor ligereza. Se ha tratado en todo momento de huir del monolito cerrado pero sin renunciar a la privacidad de un patio interior.
Planteamos soluciones bioclimáticas para las 46 viviendas adecuando éstas a la óptima orientación disponiendo los salones hacia la luz de mediodía (sur) y los dormitorios hacia el norte. El ancho de las terrazas está calculado para que en verano provea de sombra el interior de las viviendas y permita el acceso solar durante el invierno (con los beneficios económicos, psicológicos, etc asociado a ello). La ventilación cruzada permitirá una óptima aireación de las distintas estancias.
La vivienda queda entonces dividida en dos ámbitos bien diferenciados, la zona de día orientada hacia el sur a través de una terraza y la de noche abierta al norte a través de huecos de menor tamaño que los de la fachada opuesta. La banda de servicios separará ambos ámbitos bien diferenciados.
Esta estrategia en la que se prioriza la captación de la luz del sol frente a la búsqueda de una fachada hacia calle (independientemente de la orientación de ésta) implica que el patio también sea tratado como una fachada principal y no como una fachada de interior o de menor importancia.
En planta baja los comercios se configuran de manera independiente de las viviendas de tal manera que ni los recorridos de estos primeros ni ventanas en planta baja priven de intimidad a los inquilinos del edificio. El programa se completa con plazas de garaje y trasteros para cada aparcamiento en planta sótano.
Como materiales se eligieron aquellos que requerían un mínimo mantenimiento como los morteros monocapa de cal para las fachadas y revestimientos de zinc con distintas pátinas y texturas para la protección de huecos. En planta baja se usaron a modo de zócalo planchas onduladas opacas mientras que en planta superiores se eligió el mismo material con microperforaciones para permitir el paso tamizado de la luz y ventilación al núcleo de comunicaciones verticales y zona de cocinas. Los colores elegidos recuerdan los diversos tonos de los olivos que no hace mucho dominaban aquellas parcelas. El sol reflejado sobre las chapas multicolores dota al patio de una atmósfera lumínica muy particular.