Colegio Público de Infantil y Primaria ‘Ángeles Martín Mateo’

Arquitectos: Gabriel Verd, Simone Solinas
Colaboradores: Idea & Dimensiona (Estructuras e instalaciones), Javier Perales, Eduardo Vázquez (Arquitectos Técnicos), Díaz Cubero (Constructora)
Año: 2008 (concurso), 2008 (proyecto) 2009-2020 (ejecución)
Cliente: ISE Andalucía, Infraestructuras y Servicios Educativos Consejería de Educación de la Junta de Andalucía
Superficie construida: 1.970 m2
Presupuesto: 2.061.422 €
Fotografías: Jesús Granada

En tierra de nadie, en un entorno agresivo de tráfico intenso, industria pesada, junto a un barrio de carácter humilde y sobre una antigua escombrera se sitúa la parcela de la actuación. Cuenta con un desnivel de casi cuatro metros que se aprovechará para resguardar la edificación de la contaminación acústica de la autovía A-92, proporcionándonos además la debida protección a padres y alumnos durante las horas de ingreso y salida al centro, manteniéndolos a debida distancia de las concurridas vías de comunicación que rodean al solar.

El proyecto de esta escuela pública se articula entorno a la idea de crear un lugar humanizado mediante un paisaje artificial volcado totalmente hacia el interior, protegido del entorno de ruido, contaminación y abandono. En su interior la vida se desarrolla hacia patios vivibles y galerías porticadas de circulación y estancia para los alumnos, aislando en la medida de lo posible a los niños del agresivo entorno.

Fundamental ha sido la distribución de los principales usos. Las aulas se han orientado hacia las zonas tranquilas, las zonas verdes que limitan a la parcela, y los usos comunes, con menos condicionantes acústicos y de intimidad hacia el hacia la fachada principal (hacia el acceso).

Se trata esencialmente de tres cuerpos lineales, que se identifican con los dos niveles educativos y la zona de administración. Estos volúmenes se desarrollan en forma de U alrededor del patio central que sirve de área de juegos de los alumnos de infantil. El gimnasio cierra la U en su parte superior sirviendo de protección frente al ruido y ofreciendo protección e intimidad al patio de los más pequeños; es aquí donde el proyecto resuelve diferenciación de cotas, a través de escaleras y rampas.

El acceso principal al edificio, situado en medio de la nada, se realiza bajo un porche cubierto, un “bosque artificial” de pilares que sirve de referencia al lugar y donde los niños y padres pueden reunirse antes de entrar a la escuela. La solución arquitectónica huye de ser pretenciosa y complicada, pero sí trata de dar una imagen de arquitectura individualizada, que refleja su carácter institucional. Procura un ambiente confortable, alegre y limpio, que contribuye, no sólo a facilitar la actividad docente, sino también a desarrollar en los alumnos hábitos de convivencia y de buena relación con el entorno escolar.